Vida y espiritualidad en el arte haitiano. Colección del Betty and Isaac Rudman Trust / MOCA Selección de la Colección Betty and Isaac Rudman Trust, en el Museo de Arte Contemporáneo. @_ocanews_
¿Quiénes son Betty e Isaac Rudman?
Betty e Isaac Rudman, una pareja afincada en República Dominicana, amasaron su riqueza mediante la importación y fabricación de electrodomésticos. Sin embargo, su verdadera pasión radica en coleccionar una amplia gama de arte y artefactos, desde arte latinoamericano hasta monedas raras y tesoros precolombinos. Muestran con orgullo una impresionante colección de 150 piezas en sus tres residencias, mientras que otras 250 obras de arte están cuidadosamente almacenadas en Miami. En particular, unas pocas piezas seleccionadas han sido prestadas a la residencia de un embajador en Santo Domingo.
La colección de los Rudman cuenta con una importante concentración de arte cubano, que abarca las obras del pintor del siglo XIX Vicente Escobar, los primeros artistas modernistas como Amelia Pelàez y Wilfredo Lam, y contribuciones de renombrados artistas latinoamericanos. Entre sus preciados tesoros, tienen la icónica obra maestra de Wilfredo Lam de 1943, "Le Sombre Malmebo, Dieu Du Carrefour", que tiene un valor de mercado estimado de entre 12 y 15 millones de dólares, lo que la convierte en la joya de la corona de su colección.
Su compromiso con la colección se extiende a profundizar en prácticas artísticas específicas, ejemplificadas mejor por sus importantes colecciones de obras de Wilfredo Lam. Solo en 2018, los Rudman invirtieron alrededor de 1,5 millones de dólares en adquirir el arte de Lam.
Hace años, reconociendo que su colección en constante expansión superaría el tamaño de sus alojamientos, los Rudman construyeron una casa completamente nueva dedicada exclusivamente a albergar su arte. Además, en 2015, Heritage Auctions presentó "La Colección Isaac Rudman de Monedas Mexicanas, Parte I", un notable conjunto de monedas coloniales mexicanas, considerada como una de las colecciones más excepcionales jamás reunidas. Esta colección se presentó como parte de la subasta de monedas antiguas y del mundo en la Convención de la Asociación Numismática Estadounidense en Chicago.
Cristiano Bierrenbach, vicepresidente de Patrimonio, elogió a Isaac como uno de los coleccionistas de monedas, artefactos, documentos, moneda y bellas artes latino/caribeños más destacados de la historia.
A pesar del profundo aprecio de Isaac por las monedas y la numismática, cuando ARTnews le preguntó sobre la pieza más sentimental de su colección, rápidamente mencionó "La Perla (1950) de Rufino Tamayo". Su vínculo sentimental con esta obra de arte es profundamente personal, ya que comparte su nombre, "La Perla", con su amada madre, lo que la convierte en un tesoro increíblemente preciado y sentimental en su amplia colección.
La historia de un coleccionista.
En algún momento de nuestras vidas, cada uno de nosotros ha apreciado un objeto, quizás aparentemente insignificante, impulsado únicamente por nuestra curiosidad innata. Sin embargo, para algunos, esta simple curiosidad se convierte en una pasión ferviente que raya en la obsesión. No sólo valoran sus adquisiciones por sus cualidades únicas sino también por el profundo valor sentimental que emanan. Éste es el extraordinario viaje de Isaac Rudman.
Con el paso de los años, Rudman se ha transformado en un coleccionista de gran prestigio, ganando distinción entre los coleccionistas más estimados de América Latina y asegurándose un lugar entre los 200 mejores coleccionistas a nivel mundial, reconocimiento que le otorga la prestigiosa revista Art News.
Su viaje al mundo del coleccionismo comenzó durante su llegada a la República Dominicana en 1963, un momento crucial en el que Rudman quedó encantado con el ámbito de la numismática: el estudio y la acumulación de monedas y papel moneda con el diseño oficial de sus respectivas naciones.
Su incursión inicial en el mundo del arte se desarrolló en una subasta, donde la cautivadora belleza de las obras expuestas lo obligó a realizar sus primeras adquisiciones, algunas de las cuales continúa salvaguardando con gran cuidado hasta el día de hoy.
"Al principio había cuadros para adornar la casa. Con el tiempo, se necesitó una casa para adornar los cuadros", recuerda con cariño Rudman.
Cuando se le pregunta si se puede comparar a un coleccionista con un adicto, Isaac responde con una sonrisa. "He planteado esta misma pregunta a muchos de mis amigos coleccionistas, y su respuesta unánime siempre ha sido: sí, efectivamente. Para mí, un coleccionista es, en gran medida, similar a un cazador; la esencia fundamental reside en la búsqueda de la próxima adquisición. Mientras la persecución continúa, la oleada de adrenalina que corre por tus venas es realmente notable. Sin embargo, una vez que el objeto está asegurado, la emoción de la búsqueda disminuye. Afortunadamente, en poco tiempo, surge otro elemento que reaviva las llamas de la pasión."
A lo largo de los años, ha logrado la notable hazaña de acumular una vasta e invaluable colección de monedas raras, que se encuentran entre los tesoros más buscados y estimados del mundo.
A lo largo de cuatro décadas, la inquebrantable dedicación del coleccionista se dirigió a la preservación de las monedas. Sin embargo, el coleccionista subraya que sentir pasión por estos temas no es una tarea sencilla.
"Para un coleccionista no todo es puro disfrute. Especialmente cuando se profundiza en áreas como la numismática y la filatelia, y en menor medida en todas las demás facetas del coleccionismo, surge la responsabilidad de salvaguardar estas obras, dedicarse al estudio científico, clasificar ellos meticulosamente y llevar a cabo una investigación exhaustiva para preservar las narrativas históricas de las que estos objetos dan testimonio. A nivel personal, mi sensación más profunda de logro como coleccionista de la historia filatélica y numismática de nuestro país radica en el acto de rescatar estos artefactos dispersos de todos los rincones del mundo y devolverlos al lugar que les corresponde, aquí en nuestra patria", afirma con orgullo Rudman.