Recientemente, Francia se ha visto envuelta en una controversia, y la sugerencia de introducir arte moderno en una catedral histórica generó un desacuerdo generalizado. Esta controvertida propuesta, que ha obtenido más de 125.000 firmas de oposición, propone sustituir las ventanas de la capilla del siglo XIX, originalmente diseñadas por el famoso arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, por creaciones de vidrieras contemporáneas.
Estas ventanas, que resistieron notablemente un devastador incendio en 2019 que dañó gravemente la iglesia, incluido su techo y su notable aguja, están ahora en el centro de un debate nacional. El presidente francés propuso el 8 de diciembre trasladar estas vidrieras a un nuevo museo que presentará el proceso de restauración de la catedral. También invitó a artistas locales a presentar diseños modernos para las nuevas ventanas de varias capillas.
La reacción no se hizo esperar: apenas dos días después del anuncio apareció una petición en línea. Los críticos cuestionan la justificación para retirar los vitrales intactos originales y cuestionan la autoridad del presidente al tomar tales decisiones para una catedral que tiene importancia para muchos.
La petición, según informó una importante publicación artística, objeta la intención del presidente de poner una marca del siglo XXI en la catedral, sugiriendo en cambio un enfoque más modesto. También es un recordatorio del impacto del incendio, que destruyó una parte importante del tejado pero dejó intactas las icónicas torres y causó daños irreparables a la aguja.
Tras enormes donaciones para la restauración, el trabajo comenzó en serio en 2022, con esfuerzos centrados en gran medida en mantener la visión original de Viollet-le-Duc. Esto incluyó el uso de técnicas medievales para procesar y cortar las vigas de roble para la reconstrucción del techo. Sin embargo, la protesta pública había llevado al abandono de un plan para modernizar la aguja del siglo XIX.
Si bien la catedral aún muestra signos del desastre, la anticipación crece ya que se espera que el techo y la aguja sean restaurados a tiempo para la afluencia de visitantes para los próximos Juegos Olímpicos de Verano en París.